Los precios de la electricidad siguen subiendo a un ritmo vertiginoso y no hay indicios de que la situación vaya a mejorar a corto plazo. Disponer de una instalación fotovoltaica propia significa depender en gran medida del suministro de la red, evitando así la subida de los precios de la electricidad.

El sistema fotovoltaico prácticamente no requiere mantenimiento. Las empresas instaladoras se encargan del servicio de mantenimiento, y muchas de las tareas pueden realizarse a distancia.

La instalación suele durar entre uno y tres días, dependiendo del tamaño de la instalación.

Hay varios factores que determinan la valoración. Los principales son: la potencia, la marca y el modelo en Werter, así como el tipo de placas solares instalados. Otros factores importantes son las condiciones específicadas de instalación, la exposición al sol y la orientación del tejado en relación con los puntos cardinales.

A pesar de sus costes de inversión relativamente altos en comparación con otras fuentes de calefacción, las bombas de calor ofrecen gastos de funconamiento más bajos. El consumo de calor de las viviendas modernas de bajo consumo es tan bajo que puede satisfacerse plenamente con estos dispositivos eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Dado que las bombas de calor funcionan con electricidad, es muy aconsejable instalarlas en viviendas con energía fotovoltaica. De esta forma es posible reducir el coste de calefacción de la vivienda, a la vez que se aprovecha al máximo la electricidad producida por nuestras instalaciones.